One Team V, Semana VI: En el nombre de la madre, y del baloncesto

14/01/2017

En la quinta sesión de la quinta edición del One Team, es el momento de conocer en profundidad a Celeste y a su madre Dadeiva, parte de una familia boliviana que día a día se reconstruye a si misma. La hija, tras los pasos de la madre, la madre, con el orgullo de sus hijos como base para seguir avanzando. Te contamos su historia.

 

Dadeiva llegó a España en 2007 procedente de Bolivia, lo hizo para seguir criando a sus dos hijos, como la gran responsable de una familia que nunca se iba a rendir ante lo que se pusiera por delante, “vine de Bolivia buscando mejores oportunidades para ellos”, y lo hizo sola, “tienes que ser madre y padre para los dos hijos, para la parejita, y es duro por momentos”.

 

Esto no pasa desapercibido para Celeste, su hija, y “ella siempre ha intentado que seamos mejores, tanto a mí como a mi hermano, y quiere que seamos alguien en la vida, ella ha luchado por nosotros”.

 

Hay una conexión que llama la atención especialmente entre madre e hija, entre Dadeiva y Celeste, el baloncesto, un deporte nada común en Bolivia. Una canasta cambió el gusto de la madre, allá por Bolivia hace ya muchos años, “empecé jugando a fútbol sala, y a las 12 años, tiré a canasta, y me gustó, pasé a jugar en un equipo como del pueblo… no había muchas facilidades, no era un deporte mayoritario”.

 

Como por arte de magia, Celeste siguió sus pasos al llegar a España, “me dijo un profesor del instituto que probara con el basket, comencé a jugar… y descubrí que el baloncesto me hace desconectar de lo demás”. La motivación crece por momentos, “me gusta mucho el baloncesto así que intento que los demás se motiven más”.

 

Dadeiva observa el entrenamiento desde la banda, “al principio no le daba yo mucho crédito con esto del baloncesto, pero he visto que le gusta, y no puedo ocultarte que es algo muy especial para mí que lo juegue”. Una vez más, el baloncesto como vehículo, “me veo totalmente reflejada en ella, la veo disfrutar. Mis valores son lo único que le puedo dejar a mis hijos, es lo que les va a ayudar para seguir adelante”.

 

El baloncesto puede ayudar a construir historias increíbles.

 

Diez sesiones, un objetivo

Este proyecto “One Team V” tiene planificadas diez sesiones de entrenamiento que se desarrollarán los jueves desde mañana 10 de noviembre por la tarde hasta los primeros días del mes de febrero. Con ellas, se busca que los participantes vivan experiencias positivas y desarrollen hábitos saludables de superación personal que puedan ser transferidos al ámbito escolar o laboral. Todo ello a través del aprendizaje de los conceptos básicos de un deporte colectivo como el baloncesto, que ayudará a los participantes a conocer los valores de sacrificio y responsabilidad que se derivan del ejercicio organizado, usar el deporte como fórmula de desarrollo personal y encauzar sus pasos hacia que puedan encontrar en la práctica de cualquier actividad deportiva una vía para crecer como personas.

 

Van Rossom y Sikma, embajadores One Team

Dentro del desarrollo de este proyecto con Caritas, está planificada para el mes de enero la habitual visita de los Embajadores One Team para participar durante una tarde en una sesión de entrenamiento con los jóvenes que van a atender las sesiones del programa. Por cuarta temporada e implicado en este proyecto desde el principio, el segundo capitán Sam Van Rossom se mantiene como “One Team Ambassador”. Repite como su compañero de viaje el ala-pívot Luke Sikma, que seguirá manteniendo esta tarea de representar al Valencia Basket dentro del programa de Responsabilidad Social Corporativa liderado e impulsado por Euroleague Basketball.

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